Buenos Aires, 21 de junio de 2012.-
Comunicado de prensa
"Nadie nos convoca a un paro por televisión"
Hugo Yasky
Vamos a sostener y defender las
conquistas que los trabajadores y las trabajadoras logramos a partir del 2003 a
la fecha. Nunca en este país, con ningún gobierno en las últimas décadas
logramos los avances que logramos los trabajadores y trabajadoras en la
Argentina. Y hoy somos
conscientes que las conquistas logradas fueron nuestras demandas en la
resistencia. Porque los que estamos acá podemos decir que resistimos durante el
neoliberalismo y durante la dictadura. Desde esa autoridad moral que nos da la
lucha, decimos que no vamos a sumarnos a ninguna medida de fuerza, a ninguna
movilización en el marco de una acción que claramente tiene un costado
desestabilizador.
Sabemos que este Gobierno tiene deudas
con los trabajadores. Es legítimo el reclamo del Mínimo No Imponible. Hay
que elevarlo y hay que hacerlo ya. No se puede seguir esperando. La CTA
ratifica el reclamo para que el Gobierno eleve el piso del Mínimo no Imponible
y se termine con la injusticia que significa privar a trabajadores de salarios
bajos del beneficio de las asignaciones familiares. Pero no hay que
olvidarse que el 35% de los trabajadores está en negro y no sabe qué es el
Mínimo No Imponible. Nosotros somos una Central de Trabajadores y por lo tanto
tenemos que expresar al conjunto de la clase trabajadora. Esto no significa
quitar legitimidad. Pero este es un Gobierno con el que los trabajadores
podemos hablar.
El modelo político social y económico
instaurado desde el año 2003 ha restablecido conquistas históricas del
movimiento obrero y del conjunto de la sociedad, como la estatización de las
AFJP. La asignación universal por hijo, el acceso al derecho a la jubilación a millones
de trabajadores que lo tenían vedado, la recuperación del empleo y el pleno
ejercicio de la negociación colectiva. La derogación de las leyes de la
impunidad y la justa condena a los asesinos de nuestros compañeros en la última
dictadura. La ley de Medios y muchas otras cosas que marcan un claro rumbo de
restitución de los derechos individuales y colectivos perdidos en la década
neoliberal de los '90. Apostamos a profundizar este modelo y ha seguir
recuperando estos derechos. No seremos nunca en nuestro accionar
instrumentos de los poderosos que nostálgicos de ese pasado nefasto nos quieren
retrotraer a ese momento de la historia al que no queremos volver.
No queremos favorecer el juego a los
que están planteando la desestabilización, a los que dicen que este Gobierno no
llega al 2015 ni a los grupos empresarios que hoy brindaban con champagne
porque pensaban que estaban a tiro de piedra de lograr la devaluación por la
que vienen peleando. Tampoco queremos que se cierren las industrias. No podemos
ir a una devaluación ni volver al mercado de crédito internacional ni al Fondo
Monetario Internacional. El Gobierno tiene que seguir apostando al consumo
popular e interno, y esa es la razón del modelo. Entonces, dejemos de recortar
salarios con el Mínimo no Imponible, salarios de los compañeros que necesitan
eso, y dejemos de no pagarle el salario familiar a aquellos que ganan menos de
5000 pesos. Y si bien decimos esto, también decimos con todas las letras: nadie
nos convoca a un paro por televisión.
Reivindicamos el derecho a que cada
medida que se tome, sea el producto de la discusión, el debate y la decisión
consciente de los trabajadores y trabajadoras que representamos. Entre esos,
por más que sepamos que faltan cosas, que hay deudas sociales, cuando miramos
para atrás y vemos lo que se conquistó no tenemos ninguna duda: sin dejar de
reclamar, hay que saber defender lo que se conquistó.
Por estas razones no adherimos ni
convocamos a medida de fuerza alguna que llevando como portaestandarte
consignas que son sentidas por los trabajadores apunten a desestabilizar al
Gobierno que ha sido ratificado hace pocos meses por más de la mitad de los
electores. Desde nuestro
lugar seguiremos peleando por las conquistas de los trabajadores y sobre todas
las cosas para evitar que las consecuencias de esta crisis gigantesca que azota
a los pueblos y los trabajadores del primer mundo se traslade a nuestros países
con políticas de ajuste o fórmulas devaluatorias que hoy pretenden imponer los
grandes grupos económicos. De estas fórmulas somos profundamente conocedores,
porque las sufrimos durante años.
Ahora que se logró un cierre de la
paritaria de los compañeros camioneros, sería muy importante que el Gobierno
tomara la iniciativa de convocar al movimiento sindical, que es mucho más
amplio que lo que aparece en la televisión.
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